Cómo evitar la flacidez facial

A lo largo de la vida, exponemos nuestra piel a diversos factores medioambientales que pueden afectar a su salud y alterar su apariencia. Tanto la contaminación, como la radiación UV y el estrés de la vida cotidiana tienen a acelerar el proceso de envejecimiento natural de la piel.

La flacidez facial es uno de los problemas más comunes que podemos asociar con el envejecimiento de la piel. Se caracteriza por una pérdida de elasticidad y firmeza en los tejidos faciales, la cual suele comenzar a manifestarse a partir de los 30 años, con una pérdida de luminosidad y tersura en ciertas áreas del rostro. 

Por este motivo, es importante seguir una rutina de cuidado facial desde temprana edad. Existen tratamientos para la flacidez que son capaces de facilitar la prevención de daños futuros, aprovechando que la piel es más resistente y tiene una mayor capacidad de regeneración durante la juventud.

Considerando lo anterior, te presentamos una lista de recomendaciones que te ayudarán a combatir la pérdida de firmeza y recuperar la elasticidad de la dermis del rostro.

Utiliza protector solar todos los días

La exposición diaria a la radiación UV es una de las causas principales de la flacidez facial. La radiación UV degrada el colágeno y la elastina natural de la piel, degradando el tejido cutáneo. En páginas especializadas como Europa Dermo Farmacia es posible encontrar un protector solar que se debe aplicar sobre la piel del rostro, cuello y manos, incluso durante los días nublados.

Consume abundante agua 

Mantener el organismo hidratado es indispensable para prevenir la flacidez y conseguir una piel saludable por el mayor tiempo posible. Los minerales disueltos en el agua promueven la regeneración celular, motivo por el cual se recomienda consumir la suficiente cantidad de agua por día, según el nivel de actividad de cada persona.

Elimina el tabaco y el consumo de alcohol

El consumo excesivo de alcohol tiene un impacto negativo en la salud de la piel, ya que tiene un potente efecto diurético que dificulta la rehidratación posterior, todo lo cual acelera el proceso de envejecimiento. De igual modo, el tabaco disminuye la oxigenación celular, haciendo que luzca áspera, inflexible y de color gris​​áceo. Por eso es siempre recomendable evitar el consumo de alcohol y tabaco.

Reduce el estrés

Una exposición constante al estrés puede afectar de forma negativa a la salud de la piel y de todo nuestro organismo. El cuerpo humano produce cortisol como respuesta al estrés, una hormona que puede deteriorar la estructura de la piel. Conviene practicar técnicas de relajación para lidiar con el estrés y contrastar sus efectos nocivos sobre el organismo.

Sigue una dieta equilibrada

Deberías concentrar tu atención en elegir correctamente los alimentos que consumes a lo largo del día. Para mantener la piel en buen estado necesitas de una dieta equilibrada que incluya alimentos ricos en antioxidantes, vitaminas y minerales, como frutas, verduras, granos enteros, pescado, nueces y semillas.

Utiliza un sérum hidratante

Finalmente, después de los 30 años debes proporcionar hidratación externa a la piel. Para esto puedes utilizar un sérum basado en ingredientes como ácido hialurónico, glicerina o ceramidas, compuestos que conservan la hidratación de la piel y mejoran su apariencia.

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