Consecuencias para la salud de dormir mal

Dormir poco y mal es muy peligroso para nuestra salud y aumenta el riesgo de sufrir diversas molestias y enfermedades que pueden incluso acortar nuestra esperanza de vida. Por eso, es importante que duermas las horas necesarias cada día. Si tienes insomnio u otros problemas de sueño, debes saber cómo solucionarlos.

¿Cuánto debemos dormir al día?

Aunque es cierto que no todos tenemos las mismas necesidades de sueño, los estudios al respecto indican que los adultos debemos dormir entre 7 y 8 horas al día para dar el tiempo suficiente a nuestros organismo a pasar por las diferentes fases de sueño ya que, en cada una de ellas se producen una serie de procesos de recuperación y reparación del organismo, por lo que, si no pasamos por todas ellas, dañamos nuestra salud.

Durante estas fases, las células de todos los tejidos y órganos se reparan y renueva. Además, durante el sueño se regula el metabolismo y se liberan ciertas hormonas.

Por lo tanto, no debemos dormir menos de 7 horas, pero tampoco mucho más de 8 horas ya que dormir en exceso tampoco es saludable.

¿Qué consecuencias comporta dormir poco?

Consecuencias a corto plazo:

  • Irritabilidad y cambios de humor
  • Agresividad
  • Somnolencia
  • Fatiga
  • Aumento del riesgo de accidentes de tráfico o laborales

Consecuencias a largo plazo:

  • Problemas de memoria y aprendizaje ya que dormir poco afecta a las neuronas y su funcionamiento.
  • Desarrollo del Alzheimer ya que dormir poco aumenta el riesgo de que se formen placas amiloides en el cerebro que dan lugar a este tipo de demencia senil.
  • Aumento de la tensión arterial y, por lo tanto, del riesgo de enfermedades cardiovasculares.
  • Aumento del índice de masa corporal y, con ello, del riesgo de padecer sobrepeso y obesidad, trastornos que aumentan el riesgo de enfermedades como diabetes tipo 2, cáncer, síndrome metabólico.
  • Alteración del metabolismo, especialmente el funcionamiento del páncreas, aumentando el riesgo de diabetes tipo 2.
  • Trastornos y problemas mentales como alucinaciones, paranoia, ansiedad o depresión.
  • Alteraciones hormonales tanto en los hombres como en las mujeres que pueden causar problemas de libido, irregularidad en el ciclo menstrual, envejecimiento prematuro, sarcopenia, etc.
  • Debilitamiento del sistema inmunitario al producir menos anticuerpos o citocinas que nos protegen de patógenos peligrosos, por lo que aumenta el riesgo de infecciones y enfermedades.
  • Alteración de los ritmos circadianos, tanto central como periférico, lo que altera la salud de todo el organismo.

¿Qué podemos hacer para dormir mejor?

Si duermes pocas horas, sufres insomnio o tienes frecuentes despertares que influyen en la calidad de tu sueño, debes seguir los siguientes consejos para conseguir que tu sueño mejore y, con ello, tu salud y tu esperanza de vida:

  • Indaga en tu vida y tus horarios a ver cuál es la causa de tus trastornos del sueño. Pueden deberse a cambios de turnos, estrés y ansiedad, mala higiene de sueño… La solución siempre se encuentra en la raíz del problema.
  • Lo más importante para conciliar el sueño es establecer unas rutinas y un horario regular de sueño que, además, se corresponda con nuestro ritmo circadiano. Para ello, debes seguir una serie de consejos:
  • Acostarte no más tarde de las 11 de la noche y siempre teniendo en cuenta la hora a la que te tienes que despertar para que puedas dormir 7 horas.
  • Acuéstate y despiértate todos los días a la misma hora, incluso los fines de semana.
  • Seguir unas rutinas previas a irte a la cama: darte una ducha tibia, escuchar música relajante, leer un poco… Evita las pantallas y actividades que puedan alterarte.
  • Una vez en la cama, nada de poner la tele o leer el móvil, debes acostarte en silencio y a oscuras.
  • La cena debe ser al menos 2 horas antes de acostarte para que la digestión no interrumpa tu sueño.
  • Incluye en tu cena alimentos ricos en triptófano, un precursor de la serotonina que ayuda fabricar melatonina y, por lo tanto, a dormir. Por ejemplo, los lácteos, el pavo, el pollo, las claras de huevo, el pescado, etc.
  • Evita la cafeína por la tarde.
  • Acuéstate cuando comience la sensación de somnolencia, no antes.
  • Evita las siestas de más de 30 minutos y muy tarde.

Recibe luz solar durante el día para que tu cuerpo regule mejor la melatonina, que disminuye por el día y aumenta al oscurecer para ayudarnos a dormir. El ejercicio físico regular ayuda a conciliar al sueño, pero debes hacerlo al menos 2 horas antes de dormir. Algunas infusiones y plantas ayudan a relajar la mente y, por lo tanto a conciliar el sueño, como la manzanilla, la pasiflora, la valeriana, la melisa, etc.

– Si es necesario, recurre a suplementos que pueden ayudarte a conciliar el sueño, como aquellos que cuentan entre sus ingredientes con melatonina, L-teanina, GABA, triptófano. Consulta antes a tu profesional de medicina.

Fuente: Kripke DF, Garfinkel L, Wingard DL, Klauber MR, Marler MR. Mortality associated with sleep duration and insomnia. Arch Gen Psychiatry. 2002 Feb;59(2):131-6. doi: 10.1001/archpsyc.59.2.131. Zhou L, Yu K, Yang L, et al. Sleep duration, midday napping, and sleep quality and incident stroke: the Dongfeng-Tongji cohort. Neurology. 2019;94(4):e345-e356. doi:10.1212/WNL.0000000000008739 Hublin C, Partinen M, Koskenvuo M, Kaprio J. Sleep and mortality: a population-based 22-year follow-up study. Sleep. 2007;30(10):1245-1253. doi:10.1093/sleep/30.10.1245

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